Hugo Álvarez, de testimonial a fundamental

X.R.C. VIGO

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

El ourensano, que ya supera en protagonismo a Swedberg y Miguel, pasó de jugar minutos aislados con Benítez a hacer pleno de titularidades con Giráldez

30 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La irrupción de Claudio Giráldez en el primer equipo lleva emparejado el salto de Hugo Álvarez desde el Celta Fortuna. Es cierto que el ourensano ya había debutado en Primera División de la mano de Eduardo Coudet en una contienda ante el Getafe, pero nadie hasta que llegó el técnico de O Porriño le dio cinco titularidades en Primera División. A estas alturas, el carrilero zurdo ya suma más minutos en el campo que Swedberg y Miguel Rodríguez y está muy cerca de igualar a Hugo Sotelo. Es el jugador que más refleja el cambio.

Hugo Álvarez jugó por última vez con el Celta Fortuna el 9 de marzo en el empate sin goles ante la Ponferradina. Tres días después, el primer equipo llamó al louriñés y una de sus primeras decisiones fue impulsar al canterano, que ya era un habitual en los entrenamientos del primer equipo, pero que apenas había tenido minutos en liga con Rafa Benítez. En concreto, saltó al campo en el descuento del partido con el Betis, dándole tiempo a servir la asistencia el gol del triunfo que marcó Williot. Días después, tuvo media hora en la contienda de liga ante la Real Sociedad y un testimonial minuto al Almería.

Ahí se acabó su historia con el técnico madrileño, pero una semana después comenzó la era Claudio y de testimonial pasó a fijo en el Celta. Hugo ha jugado de cara los cinco partidos de Giráldez, aumentando su participación en cada encuentro hasta alcanzar los 90 minutos ante el Las Palmas y el Alavés. En total, ya suma 458 minutos con el primer equipo esta temporada, doblando a Miguel Rodríguez (200), superando ampliamente a Swedberg (227) y situándose a menos de un centenar de minutos de Hugo Sotelo, que no juega con el filial desde el pasado mes de agosto.

El don de la polivalencia

Quizás su protagonismo se debe a que Hugo Álvarez tiene el don de la polivalencia que tanto gusta a un entrenador que le ha mostrado confianza desde su primera temporada en el Celta B. Ya jugó como carrilero derecho e izquierdo y el sábado pasado lo situó en el triángulo de ataque con Iago Aspas y Tasos Douvikas. De las tres posiciones donde más brilló fue en la más habitual: en el carril siniestro.

En ese paseo por la titularidad, dejó en el banquillo a Manu Sánchez, a Carles Pérez y la última vez a Jonathan Bamba, tres jugadores que llegaron al Celta como fichajes importantes.  Pero, además, Álvarez Antúnez no ha sido una pieza más en la formación, sino que se convirtió en elemento clave en partidos como el de Sevilla o la victoria sobre el Las Palmas en Balaídos en el que estuvo a punto de estrenarse como goleador. En el filial, hasta el mes de marzo había sumado seis dianas, dos de ellas de penalti, un excelente registro para un hombre de segunda línea.

En Mendizorrotza, como el resto del equipo, vivió su día más gris desde que ha derribado la puerta del primer equipo. Sufrió para ayudar a sostener una banda por la que transitaban Gorosabel y Carlos Vicente y en ataque tan solo pudo hilvanar una jugada con criterio. Los célticos no se sintieron cómodos y el no fue una excepción. «Tiene calidad y entendimiento del juego de posición», dijo de su jugador Giráldez, que también tiene claro que debe mejorar en la parcela física para adaptarse a la élite.

La responsabilidad

A partir de ahora, y a falta de cinco jornadas, a Hugo Álvarez se le abre un nuevo escenario: saber jugar con la presión y la exigencia del resultado. El Celta se juega la supervivencia y el futbolista nacido en Ourense en el año 2003 tendrá que afrontar los partidos con más tensión de toda su carrera deportiva. Seguramente con los que había soñado en el asiento del autobús que cada día le transportaba desde su ciudad natal a A Madroa.